Katherine Ruano
Además de la ya muy conocida influencia de las Redes Sociales en nuestra cotidianidad, es importante reconocer que, de la mano del desarrollo tecnológico, ha tenido lugar también una revolución en el ámbito educativo.
La posibilidad de interacción se consolida como una de las principales herramientas de aprendizaje en la actualidad, estableciéndose como una nueva oportunidad de estimular la innovación didáctica donde el alumno es el principal protagonista: él es ahora el centro del proceso y el arquitecto activo de la innovación didáctica, pues no solo recibe la información sino que se involucra y la pone en acción.
De esta manera particular la estimulación de la Creatividad mediante el empleo de las Redes Sociales se ha convertido en un objetivo de primer orden para las entidades de Educación Superior. Vemos centros educativos que crean sus propias aplicaciones para favorecer la interacción y el intercambio entre sus estudiantes, profesorado y personal; convocatorias que generan movilizaciones culturales y políticas; actividades que siembran e infunden el sentido de pertenencia; diversificación de la oferta educativa; procesos de descentralización universitaria y participación de la comunidad en la vinculación social de las nuevas oportunidades de aprendizaje.
Los retos que el siglo XXI ha impuesto a la educación no solo han convertido la creatividad en un valor, sino que han generado una nueva manera de percibir este derecho a través de un modelo multidireccional e incluyente.